Alquilar una vivienda no es solo una simple operación contractual. Para un propietario, tener un alquiler seguro significa un auténtico compromiso económico y emocional. Por eso, es normal que si tienes un piso que quieres alquilar, te entren algunas dudas en cuanto a los problemas que te pueden surgir. En este artículo te contamos cómo hacer que la operación de alquiler seguro, durante el tiempo que dure, sea lo más segura posible, y te ahorres todos los dolores de cabeza posibles.
Al poner una vivienda en alquiler, lo primero que hay que comprobar es que esta tiene todos los papeles en regla, y que por lo tanto la operación será totalmente legal, evitando sanciones de la administración. El siguiente paso es establecer un precio, algo que hay que hacer teniendo en cuenta nuestra situación, las circunstancias del piso y el estado del mercado.
En este artículo “¿Cómo saber el precio de alquiler de mi vivienda?”, te contamos qué factores debes tener presentes en el momento de decidir la renta de tu vivienda en alquiler. Una vez esto ya está atado, tocará encontrar inquilinos, algo que deberás hacer con mucho cuidado, asegurándote de que el inquilino no se encuentra en listas de morosidad. Para esto, existe el seguro de alquiler y similares que se encargan de hacer un escrutinio del posible inquilino para asegurarse de que no se dará un impago de alquiler, lo que es más cómodo que hacerlo tú mismo. También ayuda establecer requisitos que cualquier persona que aplique para ocupar el inmueble deberá cumplir.
Una vez ya escogido el inquilino, llega el momento de firmar el contrato. Es recomendable que este lo redactes tú mismo, sin fiarte de los modelos que puedas encontrar en internet, o a través de un asesor. Esta operación es una inversión a largo plazo, por lo que es muy recomendable planificarla bien, considerando todos los detalles de tu presupuesto, haciendo un plan financiero que relaciones ingresos y gastos y que contemple cosas como el pago de la hipoteca, los impuestos de la propiedad, el mantenimiento y varias reparaciones, el pago de los varios seguros y cualquier imprevisto que pueda surgir.
Hasta aquí hemos estado hablando de gestiones que puedes llevar a cabo tú mismo (aunque no hace falta) para prevenir algunos de los problemas que pueden surgir durante el alquiler. Asimismo, existen operaciones que deberás hacer a través de alguna entidad para salvaguardar tus beneficios. Por ejemplo, la contratación de un seguro de alquiler o una empresa similar como es el caso de SEAG, para estar tranquilo ante la posibilidad de encontrarte con casos de inquilinos morosos que dejen de pagar la renta y así tener un alquiler seguro.
Por otro lado, también podrías contratar a un gestor que se encargue de operar el alquiler, algo que no solo te dará seguridad, sino que además te quitará casi toda preocupación de encima. El alquiler de una vivienda puede ser algo muy fructífero para el propietario siempre y cuando estos riesgos estén cubiertos. Hacerlo, como ves, no es muy difícil, así que, aunque no tienen por qué suceder, te recomendamos que los tengas en cuenta y te cures en salud.